En algunas ocasiones que estamos resfriados y que no tratamos correctamente el problema, nos encontramos con que la mucosidad se nos empieza a acumular en los pulmones, ocasionándonos mucha congestión, tos, problemas respiratorios, dolor, etc. En este artículo te explicamos cómo puedes prevenir y combatir esta complicación con remedios caseros y naturales.
El primer paso para poder eliminar la mucosidad de nuestros pulmones consiste en ablandarla, ya que a medida que se endurece cada vez es más difícil permitir que salga. La mejor manera para conseguirlo es realizandovahos, es decir, inhalaciones del vapor que genera el cocimiento de algunas plantas medicinales.
¿Cómo los hacemos?
- Ponemos a hervir en una cazuela dos litros de agua junto con algunas hierbas medicinales. Recomendamos especialmente el pino, el tomillo, el romero, el eucaliptus, la manzanilla y el orégano. En algunos herbolarios venden ya mezclas preparadas para hacerlos.
- Cuando haya cocido entre 5 y 10 minutos, que veamos que desprende el vapor aromático, retiraremos la cazuela del fuego y nos sentaremos enfrente, cubriéndonos la cabeza con una toalla e inclinándonos sobre la cazuela ligeramente abierta (vigilando de no quemarnos con el vapor excesivo).
- Realizaremos inhalaciones profundas por la nariz, tapando una y otra fosa nasal alternativamente, y también por la boca.
- Lo podemos repetir varias veces al día.
Fluidificar la mucosidad
Es fundamental que la mucosidad sea cada vez menos espesa y más aguada para que nuestro organismo la pueda expulsar con más facilidad. Hay varias maneras naturales de conseguirlo:
- Tomando caldos de verduras y hortalizas: cebolla, puerro, col, ajo, zanahoria, nabo, apio
- Bebiendo fuera de las comidas infusiones de tomillo y eucalipto
- Evitando los alimentos que generan todavía más mucosidad, como las harinas y los lácteos. Es mucho más saludable consumir bebidas vegetales y pan dextrinado mientras tengamos mucosidad.
- Beber al menos dos litros de agua al día fuera de las comidas
Movilizar y expulsar la mucosidad
Aunque ablandemos y fluidifiquemos la mucosidad, también tenemos que ayudarla a salir de manera natural. La manera más sencilla es realizando unos golpecitos seguidos en la espalda, por lo que necesitaremos la ayuda de otra persona.
Colocaremos la mano cóncava, haciendo un hueco y daremos golpes secos y continuados en toda la zona superior de la espalda. Esto nos ayudará a despegar la mucosidad que se pega a los pulmones y los bronquios.
Este masaje es especialmente ideal para los niños. En personas mayores o con debilidad deberemos realizarlo con cuidado.
Cuidar el intestino
El intestino está íntimamente relacionado con nuestros pulmones y también debemos tenerlo en cuenta a la hora de tratar cualquier problema pulmonar si lo que queremos es tratar la causa y prevenir en próximas ocasiones.
La mucosidad en los pulmones también es debida a la mala digestion de ciertos alimentos. Por eso es frecuente en niños pequeños que comen alimentos que todavía no pueden digerir bien, como sucede con los que llevan harinas refinadas.
La cebolla junto a la cama
Hay otro remedio casero que podemos hacer en los primeros momentos que empezamos a sentir la mucosidad, antes de que se nos complique. Consiste en cortar media cebolla y dejarla en una mesilla junto a la cama durante la noche. Durante esas horas iremos respirando los componentes volátiles de la cebolla, que limpiarán nuestras vías respiratorias.
Cada noche cambiaremos la cebolla. Si la mucosidad es ya muy espesa este remedio no funcionará.
Las ventosas
Hay otro remedio que ya se practicaba hace décadas con vasitos de yogur de cristal, y que actualmente se ha profesionalizado. Esta técnica es un antiguo método terapéutico de la la Medicina Tradicional China, y que consiste en usar una especie de tacitas de cristal que hacen un efecto de vacío para pegarse al cuerpo, succionar la piel y parte del músculo, abrir los poros y mover la circulación sanguínea y linfática.
De esta manera se provoca una inflamación que precisamente descongestiona los órganos, en este caso los pulmones. Colocaremos una ventosa en cada lado a la altura de los pulmones, entre el omóplato y la columna. Dejaremos actuar 10 minutos. Es posible que nos queden unas marcas circulares enrojecidas que irán desapareciendo gradualmente. Podemos comprar las ventosas y realizar este tratamiento en casa o bien acudir a un profesional.
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