El sueño, como todas las necesidades fisiológicas, está programado en nuestro organismo por una buena razón. Y es que dormir no sólo es placentero sino que está ligado a la seguridad al volante, la percepción de simpatía de los extraños y, a la larga, a una disminución en la calidad de vida.


Dormir menos de seis horas por día, luego de una semana, tiene como consecuencia importantes cambios genéticos. pero desde la primera noche la falta del sueño comenzará a notarse:
Una noche sin dormir equivale a:


- aumentar tu consumo de carbohidratos. así como las porciones de tu comida (la falta de sueño te da hambre).


-aumentar tus probabilidades de sufrir un accidente vial por un “pestañazo” al volante. 


-disminuir la percepción de simpatía de los demás, según algunos estudios que ligan la falta de sueño con disminución del atractivo físico (y por otra parte, con el envejecimiento de la piel. 


-pérdida de la consolidación de memoria. lo que significa que es más difícil aprender y retener nuevas ideas.


Si lo anterior no fuera suficiente, esta rutina de dormir seis horas diarias (o menos) puede tener consecuencias muy serias a largo plazo, por ejemplo:


-se cuadruplica el riesgo de ataques cardíacos. 


-se dispara el riesgo de obesidad (por aquello de que dormir menos da más hambre).


-aumenta el riesgo diabetes. 
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-aumenta riesgo de mortandad ..

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